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  • Foto del escritorAntonieta Treviño

Principios básicos de un proceso de contratación


Todo proceso de contratación exige nuestras mejores habilidades, tanto para la elaboración del currículum como para el desarrollo de la entrevista y la etapa de negociaciones. Hablar de garantías dentro de estos procedimientos es imposible, pero existen ciertos cuidados en nuestra forma de actuar que ayudan a mostrar nuestro compromiso y respeto hacia las partes interesadas.


En la segunda entrada del año tocamos veladamente el tema de los procesos de contratación. En aquella ocasión les sugerí que fueran ustedes quienes llevaran el ritmo, sobre todo si el cambio o la necesidad de empleo se presentaba en estado de urgencia (“ellos tienen sus procesos, pero tú tienes el tuyo y es el que importa”, decía cerca del final). Hoy hablaremos de un complemento necesario para la correcta toma de decisiones: la seriedad.


La palabra seriedad suele ser relacionada con el ámbito social, pero su significado aplica también a la actitud con la que encaramos una situación. Cuando en un proceso de selección hablamos de tomar las cosas con seriedad, no nos referimos a la formalidad de la entrevista ni a dejar de lado nuestro sentido del humor, si no a tomar cada cuestión con la importancia que merece.


Sinceridad

Lo más importante para afrontar un proceso con seriedad, es ser sincero. La creación del currículum, nuestras respuestas en la entrevista y la comunicación de nuestras pretensiones económicas deben partir de una principio de honestidad. La mayor parte de las mentiras que se cuentan salen a flote antes de que una posición se cierre, y la sinceridad es un factor determinante a la hora de elegir un candidato. ¡Sean sinceros!


Compromiso

Ahora, una cosa es comunicarnos con sinceridad y otra mantener la postura que mostramos. Si buscamos que nos tomen con seriedad, ¡demostremos que somos serios! Por ejemplo, cuando nosotros definimos nuestras pretensiones, afirmamos nuestro interés en la posición y quedamos a la espera de una oferta, estamos estableciendo un compromiso condicionado: si cumples con lo que pretendo, cumplo con mi palabra y trabajo contigo. Por eso es de suma importancia tener una postura reflexionada, para que no nos cueste asumirla.


Pretender o ser pretendido siempre despierta emociones; dentro del ámbito laboral no es distinto. Disfruta las conversaciones, aprende un poco más de ti y conoce gente nueva; siente el placer de la expectativa, la adrenalina de alejarte de tu zona de confort. ¡Vive la experiencia! La alegría no es negociable.


La naturaleza de los procesos de contratación puede ser complicada, pero siempre tendremos la opción de hacerla más sencilla: todo se trata de estar bien preparados.

Cuando hablo de estar bien preparados también me refiero a cuidar cada detalle. Por ejemplo, es preferible cancelar una cita, que no llegar o llegar en mal estado (sin importar la razón). Cuando no cuidamos los detalles perdemos completamente el control que tenemos sobre los resultados, y en este caso los resultados son muy importantes. En mi experiencia personal, debo decir que en más de una ocasión he rechazado por cuestiones de falta de seriedad y compromiso al candidato que llevaba ventaja para ocupar la posición. Cuidar los detalles sí importa, ¡y mucho!


Recuerden, es mejor ser honestos y cancelar una cita a tiempo, que dejar una mala impresión por descuido y falta de seriedad

¡Hasta la próxima!

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